Los Cabos, lo tiene todo.

Regresando al mundo terrenal, aquel mundo post-pandemia lleno de temores y riesgos, de oportunidades y migraciones, un mundo cada vez más global, pide a gritos regresar a nuestros orígenes mas básicos y humanos. Los Cabos se ha preparado desde su concepción y sin saberlo para esta etapa de la humanidad; necesidades actuales que responden a una simple y sencilla variable que es muy difícil de encontrar hoy en día en nuestro mundo: seguridad y tranquilidad.

Los Cabos tienen esto y más gracias a nuestra privilegiada situación geográfica. Hemos podido separarnos justo lo necesario del bullicio y la sociedad. Un visitante diferente que valora lo antes descrito, ha creado una comunidad única, en servicio, en cultura, en turismo, pero sobre todo en Arquitectura Mexicana.

La Arquitectura de Cabo

Esta arquitectura mexicana, que se adapta a una geografía única con vistas espectaculares al mar y desierto se ha convertido en una forma de vida cada vez más presente en esta ciudad. Ante los ojos inexpertos vemos una colección de hoteles y casas de lujo en diferentes ubicaciones, pero ¿qué hay más allá?, ¿qué hay más allá de aquella colina, de aquel cerro, de aquel campo de golf?

Hay más, mucho más en Cabo, hay proyectos únicos, los mejores hoteles del mundo, obras de arquitectos del más alto nivel, desarrollos que dejan mudo hasta el más exigente de los visitantes, ¿cómo se logra esto?

Sin duda alguna, el nivel de visitantes y turismo que ha elegido Cabo San Lucas como su hogar, ha obligado a tener altos, muy altos estándares de calidad en procesos constructivos en servicios e infraestructura, pero también se ha convertido en un escaparate, y porqué no decirlo, en una colección preciosa de obras arquitectónicas.

Basta manejar por las calles de Palmilla al caer el sol para conocer la verdadera esencia de una comunidad exclusiva con arte viviente en sus jardines, recorrer el corredor turístico a eso de las 6:00 y ver como el sol se refleja en las fachadas de obras de despachos de arquitectura mexicana, como Sordo Madaleno entre otros. Se ha convertido en algo de la vida diaria, y es que solo los ingredientes exactos pueden generar esta tormenta perfecta de arte visual y sensaciones.

También mencionar la brisa del Océano Pacífico, atardeceres encendidos entre fuegos y magentas, sabores honestos, únicos e irrepetibles, siluetas de ramas que cobran vida de una forma muy particular. La arquitectura de Cabo, encuentra su nido para ver nacer joyas perfectas encalladas en las rocas, tal cual como un crustáceo se aferra a las mismas, podemos encontrar maravillas ocultas que se mimetizan con el entorno, como casa Clark en Pedregal, motivo y razón de nuestra portada en esta edición, una obra de arte de la arquitectura, creación del arquitecto Jacinto Avalos. Solo al pasar los días, las tardes y los momentos, podremos entender porqué Los Cabos es el lugar ideal donde la arquitectura encuentra su tormenta perfecta para gestar las más increíbles y únicas obras de la arquitectura mexicana.