Los seres humanos fueron ocupando grandes superficies de tierra para poder desarrollarse, lo que implicó que la tierra pasara de una condición natural donde las especies de flora y fauna se mantenían en equilibrio mediante los ecosistemas existentes, a un uso o explotación del suelo donde sus condiciones originales cambiaban por completo.

Sin embargo, lo más grave de estos cambios, era más bien lo que se generaba: residuos urbanos. En la naciente industria se realizaban actividades que generaban contaminantes para el suelo principalmente, en un inicio, pero en la medida en que se fue desarrollando la industria, hasta llegar a la producción en serie, ésta generó contaminación mayor, porque se afectaron los suelos, el aire y los cuerpos de agua.

Aunque en el pasado existía la conciencia de que se generaban afectaciones al medio ambiente, no se tenían reglas claras del respeto a éste, puesto que no se empezó a legislar hasta a mediados del siglo XX en algunos países y, para finales del mismo siglo, ya había leyes muy intensas, donde diversos factores alertaron lo frágil que pueden ser los ecosistemas, la alteración del clima y, desde luego, el tan sonado calentamiento global – como los efectos del fuerte crecimiento de la industria, el uso generalizado de los combustibles, la energía nuclear, la apertura de vastas superficies de tierra para la agricultura y la ganadería, el crecimiento de las zonas urbanas y el agotamiento inminente de los recursos naturales. Todo esto llevo a la permanente búsqueda de mejores instrumentos normativos para el cuidado y respeto del ambiente.

En nuestro país se creó en el año de 1988 la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEGEEPA), que regula todo lo referente a la materia ambiental. Cabe mencionar que posiblemente hubo otras regulaciones anteriores a esta ley, pero ésta vino a asentar las bases por ser más amplia y muy completa, a raíz de diferentes reformas que se han realizado hasta hoy.
Esta Ley tiene un carácter federal, ya que es materia del gobierno federal y hoy día gran parte de los Estados y Municipios han desarrollado regulaciones a partir de ésta, adicional a la existencia de normas especializadas federales.

Cabe mencionar que el incumplimiento de la Ley, constituye delito de carácter ambiental, los cuales son perseguidos de oficio por la Fiscalía General de la Republica (FGR), así que cualquier denuncia o inspección tienen un seguimiento paralelo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la FGR. Lo que puede implicar desde el pago de multas cuantiosas hasta cárcel, dependiendo del grado de violación a la Ley.

Por lo tanto, cualquier en proyecto de construcción, sea cual sea su giro y tamaño, se tiene el compromiso que desde su inicio respete el medio ambiente.

Hoy día, la sustentabilidad es una obligación que nos delimita las leyes referentes al tema, no hacerlo implicaría que en poco tiempo nuestro planeta estaría en condiciones desastrosas. Por ello, en el Reglamento de la LEGEEPA, se establece en su Artículo 5, donde describe desde obras de grandes de infraestructura, como son muelles, aeropuertos, carreteras, terminales, redes de instalaciones, gasoductos, oleoductos, etcétera.

Establecimiento de industrias como son: química, petroquímica, siderúrgica, papelera, eléctrica, cemento, minería, azucarera; actividades relacionadas con el manejo y depósito de residuos peligrosos y radioactivos, aprovechamiento de terrenos forestales, plantaciones forestales, obras en zonas de humedales, obras en zonas protegidas, actividades pesqueras y acuícolas, actividades agropecuarias y desarrollos inmobiliarios.