En el segundo semestre del 2020 y en este 2021, derivado de la urgencia de tener espacios arquitectónicos que brindaran servicios de atención médica y hospitalaria, varias ciudades del mundo se dieron a la tarea de utilizar en sus sistemas constructivos la edificación modular.

Ésta acota tiempos de entrega en procesos constructivos normalmente largos y poco efectivos, ante la premura de la atención urgente a la que los servicios de salud se han enfrentado para contrarrestar la hasta ahora más grande pandemia de este siglo XXI.

La construcción modular, como su nombre lo dice, consiste en el uso de módulos prefabricados creados en un taller, patio de trabajo o fábrica, y transportados por medio de equipos vehiculares de gran potencia, hasta el lugar de la construcción para ser utilizados en edificaciones urgentes. Estas construcciones abaten tiempos, maximizan la calidad y se minimizan los desperdicios comunes en una obra, por sus rápidos procesos de ensamble y armado.

Con este sistema constructivo, los elementos se pueden trabajar fácilmente desde su diseño con una metodología de alta gama como la “Building Information Modeling” (BIM), en la cual se generan modelos en varios programas computacionales que generan experiencias constructivas formidables. Se pueden incorporar en la elaboración de los elementos, materiales específicos que le otorguen a la edificación, retardantes de fuego, aislantes acústicos, acabados especiales o texturas difíciles de lograr con el ataque en sitio.

También se pueden generar ductos de instalaciones de buenas dimensiones y con fácil acceso y el costo de la mano de obra se reduce por el reducido número de trabajadores que se necesita para ensamblar los módulos prefabricados. De igual forma, el bioclimatismo y la domótica alcanzan sus máximas aplicaciones desde el proyecto hasta la operación de los edificios con estos sistemas constructivos.

La construcción modular puede ser inclusive con elementos reciclados, como el caso de los vagones de tren desechados por terminar su vida útil, donde se preparan en el taller en cuanto a su forma y acabados, para posteriormente ser transportados al lugar requerido y después, con maquinaría específica como grúas y/o cargadores, ser montados o ensamblados para su incorporación como espacio funcional arquitectónico a la edificación por construirse.

Como ejemplo de lo antes escrito, mencionaremos dos casos de construcciones modulares situados en la ciudad de Wuhan China, siendo ambas hospitales para atender las demandas de atención emergente provocadas por el COVID-19. El primero de ellos, el Huoshenshan Hospital inició su construcción el día 23 de enero y abrió sus puertas el día 3 de febrero del 2020.

El segundo fue el Leishenshan Hospital, que también inició su construcción el 23 de enero y empezó a dar servicio a la comunidad china el día 5 de febrero del mismo año. Estos hospitales fueron construidos en tiempos récord de 10 y 12 días, con capacidades hospitalarias de 1000 y 1600 camas, respectivamente.

No cabe duda que los grandes beneficios que otorga esta tendencia constructiva ayudarán al desarrollo de las ciudades visionarias que implementen este sistema como una alternativa prioritaria en el desarrollo de su infraestructura.