La disciplina del diseño y la construcción es igual de amplia que la medicina y es que existen muchas disciplinas que forman parte de ella. Imagina que vas por un tema de riñón con un oftalmólogo o un tema de piel con un urólogo. Así de fácil es entender las diferencias. En el tema de la construcción es lo mismo, cuando tenemos una necesidad casi siempre vamos con el médico general, en el mejor de los casos o con el consejo de la abuela para curarnos.

Ahora bien, si vas a remodelar, construir o adaptar un espacio, está comprobado que contratar a una empresa estable te quitará muchísimos dolores de cabeza e inclusive será más barato, ya que ir con el médico general o el consejo de la abuela es ir con el sobrino arquitecto o con Don Juan, el albañil confiable que se la sabe de todas todas.

La realidad es diferente, la buena disposición jamás se debe comparar con el conocimiento ni con el respaldo de un equipo multidisciplinario de una empresa. Juntos hacen un todo de expertos en diferentes áreas y tienen más control de los procesos y precios. A continuación, les explico sus diferencias.

Un despacho, puede ser de arquitectura, de ingeniería o decoración. Son espacios que agrupan a especialistas en una disciplina y son expertos en ello. Usualmente forman parte de un proyecto cuando la especialidad requiere de algo puntual, como puede ser un cálculo estructural, un estilo específico de diseño o la decoración específica de algo. Los despachos se especializan en algo en particular y usualmente no se involucran en el proceso constructivo como tal.

Una constructora, es el tipo de empresas más estructuradas del negocio de la construcción, pues el conocimiento y experiencia recae en los diferentes encargados de áreas, por ejemplo: Una constructora es una persona moral que usualmente ejecuta todos los procesos de un proyecto de construcción del nivel que sea. Estas constructoras pueden tener en su estructura interior, arquitectos, ingenieros, diseñadores etc. Son empresas de medianas a grandes que tienen activos físicos, materiales y humanos que les permite atender un gran espectro de proyectos.

Un contratista es usualmente un maestro de obra con mucha experiencia en albañilería. Regularmente es una persona física quien ejecuta los procesos de construcción, pero carece de gestión de proyectos, planeación financiera o metodología de cronogramas. No existe una seguridad en materia de fianzas, garantías o vicios ocultos, ni control de lo que se gasta versus el avance. Son los prestadores de servicios más fáciles de encontrar pues siempre alguien conoce a un buen ¨maestro¨ y la verdad es que, si lo son, pero cuando de dinero e inversión se trata vale más ver otras opciones.

Si vas a construir una inversión patrimonial, como puede ser una casa, departamentos, un local comercial o industrial, siempre recomiendo que se contrate una empresa establecida con al menos 10 años de experiencia, que sea integral, multidisciplinaria y que lo puedas evaluar y comparar con otras empresas similares. Es muy importante que te dé garantías por escrito, fianzas etc. Recuerden que la inversión de un activo inmobiliario es muy importante y no puedes hacerlos al vapor.