Ética Humana, Valor de la Sustentabilidad
Parte II
Por: Lic. Alejandro Rodríguez Balsa
Los ejes fundamentales son:
1.-Respeto y cuidado hacia la comunidad de la vida.
2.-Integridad ecológica
3.- Justicia social y ecológica
4.- Democracia, no violencia y paz.
Buscamos consistencia en el cuidado de la casa común, perdimos de vista que compartimos un espacio y que cada una de nuestras actividades impacta en el entorno de todos. Y como dije al principio de este artículo, no vamos a hablar de los otros, hablemos de nosotros.
Si no estamos en contacto con nuestro propio cuerpo, no estamos en contacto con la tierra, somos parte inherente de todo este maravilloso ecosistema. Nuestro cuerpo es un milagro extraordinariamente hermoso y complejo, es nuestro universo en miniatura y conformamos en conjunto parte de varios universos. Cuando comprendamos nuestra verdadera naturaleza y la importancia de nuestra misión con lo demás, seremos parte de un todo con lo creado y entenderemos la importancia y responsabilidad que le debemos a nuestro planeta.
El camino hacia adelante es un proceso que requiere de un cambio de paradigmas, de transformación y da aprender a sentir el impacto que tenemos en le tierra a través de nosotros y nuestros actos. Debemos comprometernos para adoptar un marco ético práctico para alcanzar el bienestar a través de entender la responsabilidad de sustentar nuestra presencia en la tierra.
Tenemos que construir un mundo cooperativo constituido por gente sensible y consciente capaz de representar el interés de la especie humana. Si pudiéramos transformar la compasión en acción podríamos resolver el 90% de los problemas humanitarios del mundo, debemos aprender a servirle a la tierra y no a explotarla.
Es pensar en poner primero la dignidad humana y el potencial intelectual, ético y espiritual que nos hace diferentes.
Afirmar el derecho de poseer, administrar y utilizar recursos y servicios ambientales, implica en el deber intervenir en la prevención de daños ambientales; así como la mayor responsabilidad de promover el bien colectivo.
Debemos inspirar principios y valores, promover razones y sentimientos, orientar procedimientos, acciones y conducta hacia la construcción de sociedades sustentables.
Si no cambiamos nuestro rumbo y simplemente nos detenemos a dejar que el tiempo transcurra seremos más odiados que ninguna generación que haya existido. Nosotros somos conscientes del peligro del desarrollo desmedido, tenemos la información más que suficiente para comprender los problemas que hemos provocado y sabemos que requerimos de voluntad y soluciones.
Y regresamos a nosotros: si como seres humanos limpiamos la contaminación interna también dejaremos de generar contaminación externa. Necesitamos una enorme dosis de valor para mostrarnos y asumirnos como somos. Requerimos de valentía para darnos permiso de expresar lo que pensamos y sentimos y sobre todo para hacer aquello que es coherente con nuestros valores y esencia.
Hace falta mucho coraje para pasar a la acción creativa y amorosa ante los problemas y retos que la vida nos presenta, en lugar de ser pasivos para que alguien venta a resolverlos. Cuidar la tierra es cuidar su integridad y vitalidad, es cuidar bienes y servicios comunes, esto implica cuidar los océanos, el aire y nuestros territorios, es cuidar su mejor producto que somos los seres humanos, es cuidar nuestros sueños y futuro que suscita utopías.
Debemos cuidar lo sagrado que hay dentro de nosotros y nos convence que es mejor abrazar al otro que rechazaron saber que la vida vale más que todas las riquezas del mundo.
Los ejes fundamentales son:
1.-Respeto y cuidado hacia la comunidad de la vida.
2.-Integridad ecológica
3.- Justicia social y ecológica
4.- Democracia, no violencia y paz.
Buscamos consistencia en el cuidado de la casa común, perdimos de vista que compartimos un espacio y que cada una de nuestras actividades impacta en el entorno de todos. Y como dije al principio de este artículo, no vamos a hablar de los otros, hablemos de nosotros.
Si no estamos en contacto con nuestro propio cuerpo, no estamos en contacto con la tierra, somos parte inherente de todo este maravilloso ecosistema. Nuestro cuerpo es un milagro extraordinariamente hermoso y complejo, es nuestro universo en miniatura y conformamos en conjunto parte de varios universos. Cuando comprendamos nuestra verdadera naturaleza y la importancia de nuestra misión con lo demás, seremos parte de un todo con lo creado y entenderemos la importancia y responsabilidad que le debemos a nuestro planeta.
El camino hacia adelante es un proceso que requiere de un cambio de paradigmas, de transformación y da aprender a sentir el impacto que tenemos en le tierra a través de nosotros y nuestros actos. Debemos comprometernos para adoptar un marco ético práctico para alcanzar el bienestar a través de entender la responsabilidad de sustentar nuestra presencia en la tierra.
Tenemos que construir un mundo cooperativo constituido por gente sensible y consciente capaz de representar el interés de la especie humana. Si pudiéramos transformar la compasión en acción podríamos resolver el 90% de los problemas humanitarios del mundo, debemos aprender a servirle a la tierra y no a explotarla.
Es pensar en poner primero la dignidad humana y el potencial intelectual, ético y espiritual que nos hace diferentes.
Afirmar el derecho de poseer, administrar y utilizar recursos y servicios ambientales, implica en el deber intervenir en la prevención de daños ambientales; así como la mayor responsabilidad de promover el bien colectivo.
Debemos inspirar principios y valores, promover razones y sentimientos, orientar procedimientos, acciones y conducta hacia la construcción de sociedades sustentables.
Si no cambiamos nuestro rumbo y simplemente nos detenemos a dejar que el tiempo transcurra seremos más odiados que ninguna generación que haya existido. Nosotros somos conscientes del peligro del desarrollo desmedido, tenemos la información más que suficiente para comprender los problemas que hemos provocado y sabemos que requerimos de voluntad y soluciones.
Y regresamos a nosotros: si como seres humanos limpiamos la contaminación interna también dejaremos de generar contaminación externa. Necesitamos una enorme dosis de valor para mostrarnos y asumirnos como somos. Requerimos de valentía para darnos permiso de expresar lo que pensamos y sentimos y sobre todo para hacer aquello que es coherente con nuestros valores y esencia.
Hace falta mucho coraje para pasar a la acción creativa y amorosa ante los problemas y retos que la vida nos presenta, en lugar de ser pasivos para que alguien venta a resolverlos. Cuidar la tierra es cuidar su integridad y vitalidad, es cuidar bienes y servicios comunes, esto implica cuidar los océanos, el aire y nuestros territorios, es cuidar su mejor producto que somos los seres humanos, es cuidar nuestros sueños y futuro que suscita utopías.
Debemos cuidar lo sagrado que hay dentro de nosotros y nos convence que es mejor abrazar al otro que rechazaron saber que la vida vale más que todas las riquezas del mundo.
COMENTARIOS
ARTÍCULOS DESTACADOS
Nuestro sitio web landandbuilding.com ofrece una cobertura original y constante de la industria inmobiliaria. Presenta las nuevas tendencias, productos y bienes raíces de alta gama, y brinda acceso a todos los contenidos digitales e imágenes de L&B Magazine.
Suscríbete
Anúnciate
¿Buscas promoverte y hacer crecer tu negocio?, anúnciate con nosotros y obtén los mejores resultados.
Contacto
¿Tienes alguna duda o comentario o deseas colaborar con Land and Building Magazine?