Una de las mejores descripciones que encontró acerca de la Innovación fue definirla como una función específica de emprendimiento, ya sea aplicada a empresas en marcha, nuevos negocios o inclusive instituciones de servicios públicos.

Es importante resaltar que Innovar desde el punto de vista empresarial o de las instituciones es un esfuerzo por crear cambios enfocados en mejorar el potencial económico y/o social de una organización, ya sea de Iniciativa Privada, Asistencia Pública o Gubernamental.

Debemos identificar cuáles son las principales fuentes a las que podemos acudir para desarrollar un ecosistema innovador. Entre estas fuentes tenemos:

1) Destellos de genialidad de nuestros colaboradores, ya sea un esfuerzo individual o colectivo, pero para que sea exitosa esta fuente, deberá ser resultado de una búsqueda consciente y decidida de oportunidades de innovación, mismas que en nuestro mundo actual son pocas o escasas.

2) Análisis y estudio de acontecimientos inesperados en nuestro entorno, nuevas necesidades que surgen para mejorar nuestros procesos de trabajo y también los cambios sectoriales y de mercado, con nuevas tendencias y nuevas reglas, el éxito está en detectarlas y desarrollarlas antes que nadie.

3) Los cambios demográficos de nuestros países y nuestras sociedades nos provocan oportunidades de innovar, lo mismo que cambios en la percepción de las cosas y los nuevos conocimientos que a diario logra el ser humano.

Después de entender todo lo anterior, vemos que la Innovación es una forma de ver la vida, de trabajar y de mantener nuestras empresas con vida y con miras futuro. El reto está en despertar esa labor o función de emprendimiento, desarrollarla y mantenerla siempre viva en nuestras organizaciones.