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Estafas bancarias y protección financiera

Por: Lic. Gabriela Gutiérrez

Te vas de vacaciones, llegas a un lujoso hotel, guardas en la caja fuerte del hotel tu cartera y documentos. Sales a pasear y un desconocido te pide tu llave del cuarto de hotel y la clave de la caja fuerte. La persona te dice que los necesita para que participes en una promoción del hotel.
Te vas de vacaciones, llegas a un lujoso hotel, guardas en la caja fuerte del hotel tu cartera y documentos. Sales a pasear y un desconocido te pide tu llave del cuarto de hotel y la clave de la caja fuerte. La persona te dice que los necesita para que participes en una promoción del hotel.
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Tú le entregas la llave y la clave, y por supuesto, se trata de un engaño y el delincuente, sin usar la fuerza, te roba tus pertenencias. Con indignación tú realizas el reclamo al hotel, y el hotel investiga y determina que fuiste tú quien le dio todas las facilidades al ladrón para que realice su fechoría y el hotel no puede responder ante el hecho.

Acontece una situación similar cuando un delincuente clona, se apodera, duplica y obtiene tu información y claves bancarias para hacer un fraude cibernético. El banco, ante el reclamo del cuentahabiente realizará la indagación y si fuiste tú quien proporcionó las claves e información, no hay forma de que el banco pueda hacerse responsable por un delito cuando no se violó ninguna regla de seguridad.

Entendamos como funciona un banco:

Los bancos no tienen la capacidad física para revisar tus transacciones o tus cuentas. Todo se realiza con procesos automáticos. Los bancos, como todo negocio, tienen dos áreas principales, ventas y operación. El área de “ventas” está encargada de colocar productos y servicios ofertados por la institución al mercado. El área de operación, está encargada de crear y dar seguimiento a todo lo que sucede en el funcionamiento de los productos ofertados.

Si lo ponemos en proporción, en un banco grande hay una relación de 1,000 clientes por cada trabajador del banco, lo cual hace físicamente imposible atender todas las transacciones y operaciones de cada una de estas personas. Es cuestión de capacidad, por eso los bancos tienen sistemas automatizados que permiten que los clientes tengan un autoservicio.

Este autoservicio se hace a través de distintos medios, ventanilla en forma presencial, banca en línea, banca móvil, aplicaciones, corresponsalías en tiendas de conveniencia y todo tipo de compras en medios presenciales a través de terminales, cajeros automáticos, soluciones en línea, convenios con tiendas, etc. Necesitamos identificarnos para todo, ya sea con nuestros documentos cuando es en forma presencial o con nuestras claves, cuando es en forma virtual.

Ningún banco, por capacidad física, puede llamar a sus clientes a pedir información confidencial para validar ningún dato, tampoco realizan validaciones de claves a través de correos. Los bancos no contactan a sus clientes, eventualmente los ejecutivos de cuenta pueden contactar a sus clientes, pero sería para ofrecerles algún servicio o producto nuevo, nunca para pedir información sobre cuentas o claves.

Tampoco se envían correos requiriendo información sobre usuarios o claves.

Los delincuentes cibernéticos han simulado ser bancos, mandan correos, hacen llamadas, mandan mensajes, quieren la llave de nuestra habitación y la clave de la caja fuerte. No tenemos que caer en sus engaños. Hay que recordar que por simple “capacidad” los bancos no van a contactar a los clientes porque no están al pendiente de sus operaciones en cada paso.

¿Qué podemos hacer?
1. Nunca dar nuestra información sobre usuario o claves a nadie telefónicamente.

2. Si recibimos una llamada que dice ser del banco no dar ninguna información. Escuchar y llamar a nuestro banco, al número que esté en nuestra tarjeta y recabar cualquier información e incluso informar que se nos contactó.

3. Si nos llega un correo del banco solicitando información sobre claves, no ingresar en ningún link. Llamar al servicio de servicio al cliente, preguntar y denunciar.

4. Tener siempre tarjetas con chip, ya que dan mayor seguridad en las terminales y cajeros automáticos.

5. No guardar claves ni usuarios, número de tarjeta, fotos de documentos o tarjetas en nuestro celular.

6. Estudiar y preguntar a nuestro ejecutivo los mínimos de nuestras cuentas y los productos y mecanismos de inversión, a fin de mantener en nuestras cuentas de débito únicamente el saldo mínimo y los excedentes invertidos, ya que, si sucede algún fraude, le costará más trabajo al delincuente accesar a una inversión a plazo o a fondos, ya que no se pueden operar fácilmente, tienen horarios y además no se encuentran disponibles nuestros recursos.

Cuidemos nuestra información, si tenemos nuestros celulares tan protegidos para que nadie acceda a ver lo que está dentro del mismo, con el mismo cuidado manejemos nuestra información personal. No le demos a nadie la posibilidad de que participemos en nuestro perjuicio financiero.

Tú le entregas la llave y la clave, y por supuesto, se trata de un engaño y el delincuente, sin usar la fuerza, te roba tus pertenencias. Con indignación tú realizas el reclamo al hotel, y el hotel investiga y determina que fuiste tú quien le dio todas las facilidades al ladrón para que realice su fechoría y el hotel no puede responder ante el hecho.

Acontece una situación similar cuando un delincuente clona, se apodera, duplica y obtiene tu información y claves bancarias para hacer un fraude cibernético. El banco, ante el reclamo del cuentahabiente realizará la indagación y si fuiste tú quien proporcionó las claves e información, no hay forma de que el banco pueda hacerse responsable por un delito cuando no se violó ninguna regla de seguridad.

Entendamos como funciona un banco:

Los bancos no tienen la capacidad física para revisar tus transacciones o tus cuentas. Todo se realiza con procesos automáticos. Los bancos, como todo negocio, tienen dos áreas principales, ventas y operación. El área de “ventas” está encargada de colocar productos y servicios ofertados por la institución al mercado. El área de operación, está encargada de crear y dar seguimiento a todo lo que sucede en el funcionamiento de los productos ofertados.

Si lo ponemos en proporción, en un banco grande hay una relación de 1,000 clientes por cada trabajador del banco, lo cual hace físicamente imposible atender todas las transacciones y operaciones de cada una de estas personas. Es cuestión de capacidad, por eso los bancos tienen sistemas automatizados que permiten que los clientes tengan un autoservicio.

Este autoservicio se hace a través de distintos medios, ventanilla en forma presencial, banca en línea, banca móvil, aplicaciones, corresponsalías en tiendas de conveniencia y todo tipo de compras en medios presenciales a través de terminales, cajeros automáticos, soluciones en línea, convenios con tiendas, etc. Necesitamos identificarnos para todo, ya sea con nuestros documentos cuando es en forma presencial o con nuestras claves, cuando es en forma virtual.

Ningún banco, por capacidad física, puede llamar a sus clientes a pedir información confidencial para validar ningún dato, tampoco realizan validaciones de claves a través de correos. Los bancos no contactan a sus clientes, eventualmente los ejecutivos de cuenta pueden contactar a sus clientes, pero sería para ofrecerles algún servicio o producto nuevo, nunca para pedir información sobre cuentas o claves.

Tampoco se envían correos requiriendo información sobre usuarios o claves.

Los delincuentes cibernéticos han simulado ser bancos, mandan correos, hacen llamadas, mandan mensajes, quieren la llave de nuestra habitación y la clave de la caja fuerte. No tenemos que caer en sus engaños. Hay que recordar que por simple “capacidad” los bancos no van a contactar a los clientes porque no están al pendiente de sus operaciones en cada paso.

¿Qué podemos hacer?
1. Nunca dar nuestra información sobre usuario o claves a nadie telefónicamente.

2. Si recibimos una llamada que dice ser del banco no dar ninguna información. Escuchar y llamar a nuestro banco, al número que esté en nuestra tarjeta y recabar cualquier información e incluso informar que se nos contactó.

3. Si nos llega un correo del banco solicitando información sobre claves, no ingresar en ningún link. Llamar al servicio de servicio al cliente, preguntar y denunciar.

4. Tener siempre tarjetas con chip, ya que dan mayor seguridad en las terminales y cajeros automáticos.

5. No guardar claves ni usuarios, número de tarjeta, fotos de documentos o tarjetas en nuestro celular.

6. Estudiar y preguntar a nuestro ejecutivo los mínimos de nuestras cuentas y los productos y mecanismos de inversión, a fin de mantener en nuestras cuentas de débito únicamente el saldo mínimo y los excedentes invertidos, ya que, si sucede algún fraude, le costará más trabajo al delincuente accesar a una inversión a plazo o a fondos, ya que no se pueden operar fácilmente, tienen horarios y además no se encuentran disponibles nuestros recursos.

Cuidemos nuestra información, si tenemos nuestros celulares tan protegidos para que nadie acceda a ver lo que está dentro del mismo, con el mismo cuidado manejemos nuestra información personal. No le demos a nadie la posibilidad de que participemos en nuestro perjuicio financiero.

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