Esto ha generado expectativas entre arquitectos, constructores y desarrolladores, quienes aspiran a presentar propuestas con soluciones sustentables, funcionales y estéticas.

Entonces, ¿qué se necesita para que un proyecto arquitectónico se clasifique como sobresaliente? Sin lugar a dudas, se requiere la habilidad del diseñador para plasmar su concepto creativo de manera original e integral. Esto implica imprimir en la solución una “impronta” de su imaginación que refleje su concepto dentro del estilo arquitectónico que pretende desplegar.

Dado que el concepto es una idea abstracta, generalmente inspirada en lo material, se plasma a través de imágenes, texturas y colores, dando forma a un plan que, a su vez, se convierte en el resultado del diseño y la base que permite proyectar la identidad. El concepto puede estar inspirado en la evolución de un lugar, en antecedentes culturales, tanto modernos como ancestrales, en corrientes filosóficas o incluso en tendencias religiosas.

Por lo tanto, una obra arquitectónica ejemplar siempre debe fundamentarse en un exhaustivo análisis del sitio y su contexto, así como en el desarrollo del concepto. Este concepto influirá en los parámetros de la propuesta y se reflejará en la estructura y la forma de manera clara, manteniendo la intención creativa. Esto implica el manejo adecuado de la proporción, la altura y la integración o el contraste con el entorno.

Las edificaciones que resultan de proyectos arquitectónicos con conceptos bien definidos a menudo generan interés y admiración, además de impulsar cambios dinámicos en su entorno. Esto promueve la renovación y el crecimiento, a menudo liberándose de las restricciones económicas tradicionales y enfatizando los valores humanos más nobles. En los mejores casos, la arquitectura se encuentra en la categoría de las Bellas Artes. Este tema es de un interés general amplio, pero a menudo poco comprendido y aplicado, por lo que no deberíamos limitarnos a unas pocas palabras de teoría en estas líneas.

A modo ilustrativo, mencionaremos algunos arquitectos que han desarrollado proyectos emblemáticos debido a sus conceptos, influyendo en las tendencias arquitectónicas. Entre ellos se encuentra el francés Charles Édouard Jeannette, conocido como Le Corbusier, considerado el padre de la arquitectura moderna con su premisa básica de funcionalismo. Su obra se considera Patrimonio de la Humanidad. También destacamos al alemán Ludwig Mies Van Der Rohe, cuya propuesta para el Pabellón de Alemania en la Expo Internacional de Barcelona influyó en la arquitectura moderna con su simplicidad y continuidad de espacios.

No podemos olvidar mencionar al arquitecto Frank Lloyd Wright y sus emblemáticas residencias de la pradera y casas en el desierto, así como su Fundación Taliesin East & West, reconocida como Hito Histórico Nacional de Estados Unidos. Finalmente, mencionamos al controvertido catalán Antoni Gaudí, quien, en su obra, interpreta magníficamente el salmo 148 versículos siete y ocho, otorgando gloria y alabanza al Señor a través de la arquitectura en la techumbre de su conocida casa, Batlló, en Paseo de la Gracia, Barcelona. El libro de Salmos dice: “Alaben al Señor desde la tierra, los monstruos marinos y las profundidades del mar. El relámpago y el granizo, la nieve y la neblina, el viento impetuoso que cumple su mandato”.

Al abordar este tema, esperamos inspirarlos a buscar su propio concepto para su próximo proyecto y que nos sorprendan gratamente con su creatividad.