Siempre pensé que el arte y los negocios, solamente se relacionaban con un tema de compra y venta. Comprar y vender, con expectativa de escoger buenos artistas que hoy, siendo promesas, que en el futuro serán probablemente artistas consumados y la inversión será redituable. De la misma manera, la pelea de coleccionistas e inversionistas por cazar obras de arte que se encuentran sub valuadas o con un potencial de adquirir un valor interesante en el futuro próximo o poco más distante.
Acepto qué, hasta este mencionado viaje, mi visión era muy limitada y acotada. El arte y los negocios son dos actividades que, ante todo, deben de contener un ingrediente básico y necesario, denominado Innovación (quizá en arte más aceptada la palabra creatividad).

¿Cómo poder generar valor a una empresa? ¿Cómo lograr liderazgo en mercados? ¿Cómo puede una empresa sobrevivir a una crisis local o mundial? La gran respuesta es Innovación.

El proceso de Innovar en una empresa no es cosa sencilla, ya que significa ser cambiante y disruptivo. Puede ser tomada como innecesaria, como soñadora, como absurda en muchos de los casos. Si hoy nuestros productos se venden bien y tienen gran aceptación, ¿Por qué Innovar? ¿No es absurdo? ¿Para qué modificar algo que va bien? Toda una paradoja.

El Arte es innovar, es crear algo nuevo, en muchos casos nacidos de la imaginación y de los sueños. Concebir una idea y poderla plasmar en un lienzo, en barro o bronce, a través de las palabras (prosa o versos), notas musicales, movimientos rítmicos y estéticos del cuerpo humano (danza) o captar momentos fijos o una consecución de ellos (fotografía y cine). No solamente es concebir una idea o sueño, sino la capacidad de plasmarlo de las maneras que conocemos.

¿Qué habrán imaginado los hermanos Wright antes de poder crear el primero aeroplano? ¿Qué soñaba Henry Ford antes de poder construir el primer automóvil? O ¿Qué pensaba Steve Jobs cuando ideó el primer iPhone?

Todo parte de ese espíritu y mente creativa, soñar, imaginar, implementar y ejecutar. Pero no solo basta con hacerlo una vez, sino que es un proceso continuo, un proceso que solo la mente y espíritu humano marcan límites.

Aprendamos del arte, desarrollemos esas habilidades que todos tenemos, de una u otra manera, y llevemos nuestro espíritu a otro nivel, donde la Innovación sea una actitud de vida. ¿Qué lejos estamos de desarrollar nuestro talento artístico para Innovar en los negocios?, pero nunca es tarde, ¡Hagámoslo!