Actualmente, Los Cabos cuenta con 18 campos de golf, creados por diseñadores de talla internacional. Algunos son reconocidos por Golf Digest como parte de los mejores 100 del mundo. Sin duda, un tema fundamental que emerge en este contexto es la relación existente entre arquitectura residencial y golf. Se pueden plantear diferentes formas de abordarlo, pero en este caso lo haré a partir de la oportunidad que tuve hace algunos años de diseñar y construir casas en el Club de Golf El Campanario en la ciudad de Querétaro.


En primer lugar, es importante resaltar que la relación entre la arquitectura residencial y el golf tiene una larga historia, ya que muchos campos de golf se han desarrollado junto con complejos residenciales que ofrecen a sus habitantes la posibilidad de disfrutar de este deporte y de un entorno natural privilegiado. Algunos ejemplos de estos proyectos son: Pebble Beach Golf en California, Augusta National Golf Club en Georgia y el St. Andrews en Escocia, considerados algunos de los mejores campos de golf del mundo.


Sin embargo, la arquitectura residencial y el golf también plantean algunos desafíos y oportunidades, tanto para los arquitectos como para los habitantes. El punto de partida es el plan maestro, donde se establecen las directrices y la visión sobre la interacción que tendrá el campo de golf con las viviendas y amenidades en torno a él. Posteriormente, hay varios aspectos que se deben considerar respecto al diseño de una vivienda en un conjunto integral de golf, como son orientación, integración, funcionalidad, estética y sustentabilidad


La orientación es la posición de la vivienda respecto al campo de golf, al sol y al viento. Es importante que la vivienda aproveche las vistas al campo, pero también que tenga una buena iluminación natural y una ventilación cruzada adecuada. Además, se debe evitar que la vivienda interfiera con el juego o que reciba impactos de las pelotas de golf.


La integración habla sobre la armonía entre la vivienda y el paisaje. Es importante que la vivienda respete el entorno natural y que se adapte al relieve, la vegetación y el clima. También debe buscarse que la vivienda tenga una identidad propia, pero sin romper con el conjunto residencial y el campo de golf. La funcionalidad se refiere a la distribución y el uso de los espacios.


Es importante que la vivienda tenga una buena circulación y que se ajuste a las necesidades y preferencias de los habitantes. Debe considerarse que dicha construcción pueda tener un uso mixto y plantas flexibles, es decir, que pueda servir tanto para vivir como para hospedar a invitados o rentar a turistas. La estética o, mejor dicho, la propia arquitectura versa sobre estilo y la imagen de la vivienda. Es importante que la vivienda tenga una personalidad y un carácter propios, que refleje el gusto y identidad de los habitantes. Además, se debe buscar que la vivienda tenga coherencia y unidad en el diseño, tanto en el exterior como en el interior.


La sustentabilidad se refiere al impacto ambiental y social de la vivienda. Es importante que resulte eficiente en el uso de los recursos naturales, como el agua, la energía, incorporación de azoteas verdes y los materiales del lugar. Se debe buscar que la vivienda contribuya al bienestar y la calidad de vida de los habitantes y de la comunidad.


Finalmente, Los Cabos, en conjunto, representa una oportunidad única para seguir repensando la relación entre diseño residencial y golf; llevando más allá los principios de diseño; donde los arquitectos juegan un papel esencial en la planeación y consolidación de comunidades sustentables a través de propuestas residenciales disruptivas, flexibles y que respondan a los desafíos del cambio climático y la integración de nuevas tecnologías.