Los datos del empleo en EE. UU. refuerzan una realidad ineludible: la interconexión profunda entre las economías estadounidense y mexicana. Con la creación de 254,000 empleos en septiembre, superando las expectativas, la economía estadounidense sigue mostrando una robustez inesperada, impulsada por sectores clave como la atención sanitaria y la construcción.

Para México, cuya economía depende en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, este reporte es una buena noticia a corto plazo. El peso se ha visto favorecido por el fortalecimiento del mercado laboral de EE. UU., lo que sugiere un flujo continuo de inversión y comercio en la región.

Sin embargo, no todo es positivo en el horizonte. El fortalecimiento del dólar —evidenciado en el índice DXY que alcanzó su punto más alto en semanas— también plantea desafíos para los mercados emergentes. Mientras el dólar se fortalece, los costos de financiamiento y las tasas de interés podrían presionar a economías como la mexicana. Además, un mercado laboral fuerte en EE. UU. podría empujar a la Reserva Federal a mantener su postura de aumento de tasas, lo que impactaría en los flujos de capital hacia mercados como el nuestro.