De manera similar, la reducción en la expectativa de creación de empleo, ahora en 410 mil trabajadores asegurados frente a los 425 mil proyectados en septiembre, resalta una dinámica laboral más débil que afecta directamente a la clase trabajadora.

Finalmente, el tipo de cambio esperado de 19.70 pesos por dólar refleja una cierta estabilidad en el corto plazo, pero las expectativas para 2025 muestran una mayor devaluación, con una estimación de 20.30 pesos por dólar. Esto sugiere que las presiones sobre el peso seguirán presentes en los próximos años, impulsadas tanto por factores internos como externos, como la evolución de la política monetaria en Estados Unidos.

Las proyecciones revisadas del IMEF para 2024 y 2025 son un llamado de atención sobre la prudencia que debe prevalecer en la política económica y en las decisiones empresariales. Si bien la inflación parece estar bajo control, las expectativas de crecimiento y empleo siguen disminuyendo, lo que plantea un desafío significativo para la administración actual y el sector privado.

La clave estará en cómo el país gestione la estabilidad macroeconómica mientras busca impulsar una reactivación sostenida. Los próximos meses serán críticos para observar si estas previsiones mejoran o si se requiere una mayor intervención en políticas fiscales y monetarias.

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