Análisis de rentabilidad en desarrollos verticales vs. horizontales

Por: Editorial

La elección entre un desarrollo inmobiliario vertical u horizontal es una decisión estratégica que impacta significativamente en la rentabilidad y el retorno de inversión.
La elección entre un desarrollo inmobiliario vertical u horizontal es una decisión estratégica que impacta significativamente en la rentabilidad y el retorno de inversión.
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Ambos enfoques presentan ventajas y desafíos que deben ser analizados considerando factores como la densidad poblacional, el costo del suelo, las regulaciones urbanísticas y las tendencias del mercado inmobiliario.

Los desarrollos verticales, caracterizados por edificios de varios niveles, ofrecen una mayor densidad habitacional en un área reducida. Esto optimiza el uso del suelo y permite la generación de mayores ingresos por metro cuadrado. Además, su ubicación en zonas urbanas consolidadas con acceso a servicios y transporte público incrementa su atractivo y demanda. Sin embargo, estos proyectos requieren una inversión inicial significativa, permisos más estrictos y una mayor planeación en diseño estructural y logístico de construcción.

Por otro lado, los desarrollos horizontales, compuestos por viviendas unifamiliares o conjuntos de baja densidad, suelen requerir una extensión territorial mayor, lo que los hace más viables en las periferias de las ciudades o en zonas con disponibilidad de terreno. Su costo de construcción por unidad puede ser menor en comparación con los edificios verticales, y su trámite regulatorio suele ser más sencillo. No obstante, enfrentan desafíos como la dependencia del automóvil, menores ingresos por metro cuadrado y un mayor impacto en la expansión urbana.

Ambos enfoques presentan ventajas y desafíos que deben ser analizados considerando factores como la densidad poblacional, el costo del suelo, las regulaciones urbanísticas y las tendencias del mercado inmobiliario.

Los desarrollos verticales, caracterizados por edificios de varios niveles, ofrecen una mayor densidad habitacional en un área reducida. Esto optimiza el uso del suelo y permite la generación de mayores ingresos por metro cuadrado. Además, su ubicación en zonas urbanas consolidadas con acceso a servicios y transporte público incrementa su atractivo y demanda. Sin embargo, estos proyectos requieren una inversión inicial significativa, permisos más estrictos y una mayor planeación en diseño estructural y logístico de construcción.

Por otro lado, los desarrollos horizontales, compuestos por viviendas unifamiliares o conjuntos de baja densidad, suelen requerir una extensión territorial mayor, lo que los hace más viables en las periferias de las ciudades o en zonas con disponibilidad de terreno. Su costo de construcción por unidad puede ser menor en comparación con los edificios verticales, y su trámite regulatorio suele ser más sencillo. No obstante, enfrentan desafíos como la dependencia del automóvil, menores ingresos por metro cuadrado y un mayor impacto en la expansión urbana.

Desde una perspectiva de rentabilidad, los desarrollos verticales suelen ofrecer un retorno de inversión más acelerado debido a la alta demanda en mercados urbanos con escasez de espacio. La plusvalía de este tipo de proyectos tiende a incrementarse más rápidamente, especialmente en ciudades en crecimiento donde el costo del suelo es elevado. En contraste, los desarrollos horizontales pueden generar ingresos estables a largo plazo, con costos de mantenimiento más bajos y menor riesgo de obsolescencia estructural.

La decisión entre un desarrollo vertical u horizontal debe basarse en un análisis profundo de factores financieros, demográficos y de infraestructura. Mientras que los proyectos verticales maximizan el uso del suelo y ofrecen un alto retorno en zonas urbanas, los horizontales brindan estabilidad y menor regulación en zonas de expansión. En un mercado inmobiliario cada vez más dinámico, la elección del modelo adecuado dependerá de la visión del desarrollador y de las tendencias de crecimiento de cada región.

 

Desde una perspectiva de rentabilidad, los desarrollos verticales suelen ofrecer un retorno de inversión más acelerado debido a la alta demanda en mercados urbanos con escasez de espacio. La plusvalía de este tipo de proyectos tiende a incrementarse más rápidamente, especialmente en ciudades en crecimiento donde el costo del suelo es elevado. En contraste, los desarrollos horizontales pueden generar ingresos estables a largo plazo, con costos de mantenimiento más bajos y menor riesgo de obsolescencia estructural.

La decisión entre un desarrollo vertical u horizontal debe basarse en un análisis profundo de factores financieros, demográficos y de infraestructura. Mientras que los proyectos verticales maximizan el uso del suelo y ofrecen un alto retorno en zonas urbanas, los horizontales brindan estabilidad y menor regulación en zonas de expansión. En un mercado inmobiliario cada vez más dinámico, la elección del modelo adecuado dependerá de la visión del desarrollador y de las tendencias de crecimiento de cada región.

 

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