El estudio, realizado por la Universidad Napier de Edimburgo y la Universidad Colorado Boulder, arroja que las ciudades con rascacielos emiten 154% más CO2 que las ciudades principalmente horizontales.

De este estudio, encabezado por Franceso Pomponi y publicado en la revista Urban Sustainability, también se desprende que, incluso si las ciudades aumentan en su densidad poblacional sin aumentar en altura (edificios), se reducen las emisiones de CO2 de la urbe.

Estos resultados hacen eco del más reciente reporte de la Alianza Global para Edificios y Construcción del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La emisión de CO2 de los edificios y de los procesos de construcción de los mismos no sólo no se ha reducido, sino que ha aumentado a su más alto nivel histórico. Según los últimos datos levantados y compartidos en 2020 en este reporte, el sector de edificios y de la industria de la construcción contribuye en un 38% al total de emisiones de CO2 global.

Se estima que, para alcanzar la meta de “red cero de emisiones en edificios” para 2050, es necesario que la industria de la construcción reduzca a 50% sus emisiones en los próximos 10 años, mientras que los sectores que sirven indirectamente a la industria de la construcción deben bajar sus emisiones en un 60% en el mismo periodo.