En los años que tengo interactuando con muchos sectores económicos especialmente el del desarrollo inmobiliario y construcción me ha tocado trabajar de la mano con albañiles o directores generales de proyecto, y en todos los casos es la misma situación, no somos capaces de colaborar unos con otros.

Parece que está en nuestra naturaleza calificar, juzgar, predecir, suponer, imaginar y envidiar inclusive a personas que no conocemos, esta naturaleza retrograda nos hace siempre estar a la defensiva e inclusive nos impide apoyar a miembros de nuestra familia, amigos, socios y colaboradores o compañeros de trabajo, he analizado por muchos años el comportamiento del ser humano en función de la colaboración desinteresada y creo que para la gran mayoría es muy difícil aceptar que todos podemos ganar.

Cuando uno entiende como comunidad que todos somo más en conjunto y que nuestra opinión pasa de ser eso a ser una demanda colectiva entonces las cosas cambian, nuestro entorno cambia, nuestros resultados y calidad de vida cambia, sin lugar a duda el que parte y comparte se lleva la mejor parte, y es que ahora con este mundo global multicultural cada vez podemos ver como las sociedades más educadas son las que salen delante de mejor manera.

Siempre la educación será la mejor inversión, cuando entendemos que sumar significa potencializar al de alado, ayudar, enseñar y compartir nos da resultados positivos en todos los sentidos, y hasta en el financiero, las sociedades mercantiles más exitosas son aquellas en las que se deja trabajar a los más capaces a los mejores formados y con mejores aptitudes, cuando sumamos y reconocemos que todos juntos hacemos más.

Hagamos comunidades colaborativas en nuestros negocios, en nuestra sociedad y en nuestras familias.