En semanas pasadas todos hemos tenido múltiples noticias, videos y fotos de lo acontecido en el
puerto de Acapulco donde el Huracán Otis categoría 5 arremetió contra inmuebles e infraestructura de ese lugar. Es de notarse que en el ámbito nacional existe un cierto desdén por parte de las autoridades, industrias y técnicos hacia la posibilidad de recibir un huracán de categoría 4 o 5 ya que al ver el nivel de devastación acontecida en aquel puerto en primer instancia se requiere de lugares planeados para proveer de refugios a la población más vulnerable, y no utilizar escuelas públicas como su substituto; ya que estos planteles carecen de elementos apropiados para la seguridad de los usuarios; podemos mencionar que las escasas reglamentaciones existentes no incluyen en otros conceptos; la ventanería de aluminio y provisiones para la construcción con sistema de paneles para el revestimiento exterior de edificios que resistan el embate de vientos promedio de 250 km/hr, de hecho, podemos decir que la industria que fabrica perfiles de aluminio en los últimos 50 años no se ha preocupado en producir sistemas eficientes siquiera para el embate de viento de 165 km/hr (prueba standard en algunos sitios),

Aunque debemos mencionar que hay algunos lugares costeros en el mundo en los que si se toman en serio la exposición a huracanes de gran potencia, tal es el caso de Condado de Dale en Miami, USA y en todo Florida, donde la ventanería, paneles de protecciones, puertas y barras de seguridad están sujetas a reglamentación y uso de sistemas aprobados, donde se requieren mostrar presiones negativas y positivas de cada ventana a utilizarse con documentos que califican al diseño a resistir presiones, definiendo grosor y calidad del cristal de seguridad a utilizarse teniéndose en cuenta que aún después del Huracán Odile el fabricante Dupont puso en el mercado una membrana especial para reforzar los vidrios laminados de seguridad llamada Sentryglas, convirtiendo los cristales en “elementos de seguridad” con índices de deflexión menor que con PVB para que en conjunto con perfiles adecuados por su grosor y diseño puedan otorgar mejor protección a Residencias y edificios en zonas costeras y no se tenga que reconstruir el inmueble.

Asimismo, la precipitación pluvial llega a ser muy abundante hasta superar las normas de diseño tradicional exportadas generalmente de la CDMX, donde 100 M2 se considera pueden ser manejados con un tubo de 4 pulgadas de diámetro; requiriéndose adecuarlas estas normas, siendo retroalimentadas por datos reales generando normas específicas para la potencial lluvia traída por huracanes considerando datos oficiales de la región.

Todos los que vivimos en zonas potenciales de riesgo, donde algún huracán pueda mostrar sus poderosos vientos debemos estar conscientes de las debilidades propias de nuestros lugares de habitación y entorno, para con tiempo suficiente prepararnos adecuadamente para la próxima temporada de huracanes, ya que en realidad nunca se sabe . . . . si estaremos en el paso de huracán