Tendencias

Tras estar más de un año inmersos en esta “nueva normalidad”, es importante preguntarnos si los cambios que hemos sufrido como sociedad habrán llegado para quedarse o regresaremos a las aglomeraciones habituales.

La incertidumbre no debe bloquear nuestros verdaderos alcances sobre todo en industrias tan probadas y seguras como bienes raíces. Hacerlo de manera inteligente sí, dejarlo de hacer por miedo no debería ser la opción principal.

Hacer de la forma la función no es para cualquiera.

Con la llegada del virus COVID-19, la edificación modular ha sido una tendencia constructiva.

Son varias las industrias que han mostrado contracción por motivo de la Pandemia, como es el caso de la de la construcción la cual, según datos recientes del Inegi, si bien se ha recuperado con respecto al año pasado, su repunte no ha sido estable.

El crecimiento de las ciudades donde se establecieron las diferentes culturas desde la antigüedad tuvo un impacto fuerte en el medio ambiente, derivado del desarrollo económico de las comunidades que, aun cuando el comercio y la agricultura no se realizaban con la facilidad con que se hacen hoy día.

Algo se ha hablado ya de la reconversión de espacios como una estrategia aplicada a raíz del desuso de oficinas y espacios laborales que la crisis sanitaria trajo consigo. Desde hace un par de años, empresas mexicanas están haciendo negocio en este terreno.

Construir no es una decisión fácil de tomar, ya que para muchos implica un esfuerzo económico mayor, al usar los ahorros de toda una vida, una inversión o el compromiso de un préstamo.

Algo ya se ha hablado de las lecciones que la Pandemia ha dejado, revolucionando nuestra forma de convivir, trabajar, educarnos, consumir, vacacionar, ejercitarnos… en fin, nuestra forma de vivir.