Por otro lado, sea cual fuere el contexto, la ciudad ideal parte del contraste o de lo logrado a partir de una visión preconcebida, ya sea por el pleno de la sociedad o bien, por los poderes fácticos correspondientes que fijan lo deseable a cumplir.

En este sentido, actualmente a nivel internacional encontramos un referente en la Conferencia Mundial sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (HABITATIII), llevada a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU HABITAT) en 2016, donde cerca de 150 países signaron la Nueva Agenda Urbana (NAU) vigente para los próximos años.

En lo general, la NAU establece cuatro mecanismos de aplicación: políticas urbanas nacionales integradas y sostenibles; una gobernanza urbana con inclusión social, crecimiento económico y protección al medio ambiente; planificación urbana y territorial a largo plazo; y, el establecimiento de marcos de financiación eficaces.

En lo particular, de enorme relevancia resulta la incorporación entre los preceptos de la NAU del Derecho a la Ciudad, que viene a incorporarse desde el ámbito jurídico a la generación de derechos colectivos.

Por otro lado, en 2015 la Organización de las Naciones Unidas promovió la adopción de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por todos los Estados Miembros, entre los cuales se encuentra el Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles, que incluye diversas metas mundiales al año 2030, tales como:

● Asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales.
● Proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial.
● Reducir el número de muertes causadas por los desastres y reducir considerablemente las pérdidas económicas.
● Reducir el impacto ambiental negativo per capita de las ciudades.
● Proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles.

Este tipo de directrices si bien han sido adoptadas por el Gobierno Mexicano y representan compromisos para la agenda pública de los gobiernos locales, son generales y requieren la contextualización de cada ciudad y municipio del país.
Para el caso de Los Cabos, un municipio que para la mitad del presente siglo alcanzará casi el medio millón de habitantes, sin duda son al menos dos elementos clave los que posibilitarían una ciudad ideal:

● Turismo sustentable.
● Conservación de servicios ecosistémicos.

El primero de ellos, tiene que ver con el modelo turístico tipo “all inclusive” con el cual se han desarrollado buena parte de los destinos turísticos de sol y playa del país, lo cual ha traído consigo destinos turísticos de primer nivel, pero ciudades precarias. En este sentido, Los Cabos requiere revalorar sus atributos hacia las áreas donde habita la población, una ciudad ideal no solo para el turista sino para el habitante que la vive día a día.

Por otro lado, el contexto geográfico de Los Cabos en tanto está situado entre el Océano Pacífico y el Mar de Cortés, con 192 kilómetros de litoral, dunas, arroyos y cerca de 60 mil hectáreas de zonas de conservación lo hacen tener amplios servicios ecosistémicos y configurarse como un territorio ideal.

Una ciudad incluyente, sustentable, resiliente y asequible en términos de vivienda, transporte y servicios públicos, son rasgos indispensables para hacer de Los Cabos, una ciudad ideal