Hay turbulencia en los mercados financieros, inmobiliarios y políticos. Pero también existe esta turbulencia en las estructuras familiares y sociales. Ser conservadores o ser cambiantes en estos tiempos es una gran disyuntiva. Lo que es una realidad es que el mundo como lo conocimos ha cambiado, pero este fenómeno siempre ha existido, desde el cambio de las comunidades nómadas a sedentarias, al uso del fuego y la agricultura, solo por enumerar algunos muy obvios pero que se nos olvida normalmente reflexionar al respecto.

La Industria Turística por supuesto no está exenta de este fenómeno, el cambio es un factor común. Ha evolucionado desde las primeras “posadas” que tenían normalmente una taberna, con una serie de dormitorios compartidos, pasando a los primeros intentos de hoteles de ciudad y albergues campestres, hasta los sofisticados hoteles de lujo en nuestros días.

Sin embargo, el papel fundamental del cambio en esta industria siempre lo marca el papel del consumidor. Desafortunadamente muchos jugadores en esta industria olvidan frecuentemente al cliente y piensan en solo innovaciones tecnológicas, materiales más sofisticados, temas energéticos, arquitectura de vanguardia, pero sin pensar en lo que el viajero realmente desea y busca.

Con estas reflexiones, deseo entablar una conversación con usted amigo lector, que nos lleve a analizar, reflexionar y pensar hasta dónde podemos llegar en esta compleja Industria Turística, que en nuestro México representa a más del 8% del Producto Interno Bruto.
Acerca del autor: Residente desde hace 20 años en Los Cabos BCS, donde ha sido un entusiasta jugador en el sector privado y público. Padre de Rubén y Emile y esposo de Letty.