A través del tiempo, los antropólogos físicos, han aportado, con estudios e investigaciones sobre la variabilidad de medidas del ser humano, a la solución de medidas y funcionalidad del mobiliario, andadores, elementos de comunicación y espacios que integran los proyectos arquitectónicos.

Desde el dibujo de Da Vinci basado en el Hombre patrón de Vitrubio; el libro “La Divina Proporción” de Luca Paccoli; el Modulor de Le Corbusier; hasta la Sección Aurea y el Ser Humano; los estudiosos de las medidas antropométricas y movimientos y posturas ergonómicas se han visto inmersos en las soluciones de la arquitectura funcional, para dar respuesta al mejoramiento de la calidad de vida del ser humano.

En la actualidad, a la hora de planificar y diseñar una edificación, también el cuerpo humano y los espacios arquitectónicos (interiores especialmente), interactúan para formar un proyecto funcional en cuanto a movilidad humana, ya que las formas físicas del ser humano son la base para lograr experiencias de habitabilidad y confort con alto grado de integración entre antropometría y proyecto arquitectónico. Por ello, las instancias gubernamentales, han adoptado normas antropométricas y ergonómicas en la realización y autorización de proyectos arquitectónicos, diseñados enfáticamente para personas con capacidades diferentes, personas de la tercera edad, y personas con capacidades normales.

Por ejemplo, el diseño antropométrico y ergonómico de un asiento, o silla específicamente, es la prueba de fuego de todo diseñador industrial, así lo dice Neils Diffrient, diseñador industrial mundialmente reconocido, porque argumenta que, el sentarse, generalmente se considera como una acción estática, cuando en realidad es un movimiento dinámico que realiza el ser humano. En el diseño y construcción de una silla se deben considerar primeramente los datos antropométricos del usuario, como son: su altura poplítea, la largura nalga-poplíteo, la altura codo-reposo, la altura hombro, la altura sentado normal, la anchura codo-codo, la anchura caderas, la anchura hombros y la altura lumbar; y posteriormente aparte de la dinámica de tomar asiento los datos referentes a la altura, profundidad, respaldo, apoyabrazos y acolchonamiento de la silla.

Por todo lo anterior, se recomienda que en la elaboración de un proyecto arquitectónico, los arquitectos y proyectistas tomen en cuenta las consideraciones arriba señaladas, así como la normatividad vigente en cuanto a espacios para estar, comer, dormir, cocinar y asearse dentro de una vivienda de cualquier tipo, también las áreas de oficinas, despachos, salas de juntas, áreas de venta, alimentación, peluquerías, bares, restaurantes, consultorios médicos, áreas recreativas espacios públicos, y cualquier lugar que tenga que ver con las actividades diarias del ser humano.