Al recordarla no pude evitar asociar el título de la canción con lo que nos espera en nuestro país para la implementación de la Inteligencia Artificial (IA).

Como yo veo las cosas, esta gran revolución tecnológica, enfrenta desafíos multifacéticos debido a las marcadas diferencias de desarrollo entre estados. Aunque esta tecnolgía promete transformaciones significativas, es esencial abordar varios obstáculos para garantizar que beneficie a la población de menos recursos económicos. De otra forma la brecha entre pobreza y riqueza será aun mayor, cuando menos en sus primeros años de desarrollo.

Uno de los retos primordiales es la disparidad en nfraestructura tecnológica y acceso a internet. México presenta desigualdades regionales, donde áreas urbanas tienen mejor conectividad que las rurales. Para lograr una implementación efectiva de la IA, es imperativo expandir la infraestructura tecnológica y promover programas de inclusión digital en zonas marginadas.

Además, el rezago educativo juega un papel crucial. La formación en habilidades digitales y de programación es esencial para aprovechar la IA de manera productiva. Sin embargo, existe un desequilibrio en la calidad de la educación entre la escuela pública y privada. Abordar esta desigualdad requerirá esfuerzos conjuntos del gobierno y el sector privado para desarrollar programas educativos equitativos y accesibles. En este sentido, se antoja que lo primero que habría que hacer es sacar del analfabetismo digital a 1 200 000 maestros que existen en nuestro país.

La ética y la privacidad son otros desafíos significativos. La implementación de IA debe ser guiada por principios éticos sólidos para evitar sesgos y discriminación. Además, proteger la privacidad de los datos es esencial para generar confianza en la población. En un país diverso como México, donde las disparidades socioeconómicas también se traducen en disparidades de acceso a servicios de salud, educación y empleo, la IA podría personalizar soluciones que atiendan necesidades específicas, brindando un mayor nivel de equidad.

A pesar de los desafíos, la implementación de la IA en México también presenta oportunidades sustanciales. Esta podría revolucionar sectores como la atención médica, permitiendo diagnósticos precisos y accesibles en áreas remotas. En el ámbito educativo, plataformas de aprendizaje adaptativo podrían ayudar a cerrar la brecha educativa. Además, lograr optimizar la distribución de recursos en programas sociales, garantizando que lleguen a quienes más los necesitan.

Otro gran obstáculo para vencer es la falta de interés dentro del sector público por impulsar el uso de los avances tecnologías, pues al parecer a muchos funcionarios no les simpatizan esos conceptos como rendición de cuentas y trasparencia. Mas del 74% de los contratos de obra pública en este sexenio han sido por adjudicación directa y el acceso a la información de muchos de ellos ha sido reservada por cinco años aduciendo motivos de “seguridad nacional”, ¡Así cómo pues!

En resumen, la implementación exitosa de la IA en México, un país con disparidades de desarrollo marcadas requiere un enfoque integral. Superar barreras de infraestructura, educación, ética y privacidad es fundamental para lograr una adopción equitativa. Si se abordan estos desafíos de manera efectiva, la nueva revolución tecnológica tiene el potencial de mejorar la vida de la población de menos recursos económicos al brindar soluciones personalizadas y eficientes que aborden sus necesidades específicas, allanando el camino hacia un futuro más equitativo y tecnológicamente avanzado.

Aparte de ser un largo y sinuoso camino, la intención por modernizar a nuestro país es cuesta arriba, debido a las resistencias que habrá que vencer.